Desde principios del siglo XX, a consecuencia del incremento de la población, del desarrollo industrial y del mayor uso en la agricultura, el consumo de agua de la humanidad se ha multiplicado por seis. Actualmente, en los países desarrollados, el 91% de la población tiene acceso a fuentes de agua potable y el 71% dispone de agua potable a el hogar. El acceso a fuentes de agua limpia mejora las condiciones de vida y facilita el desarrollo económico y social de los territorios.
Desgraciadamente, las sequías intensas, la sobreexplotación de acuíferos, la contaminación, la carencia de una gestión adecuada, el crecimiento de la población o el consumo excesivo, son elementos que se conjugan en muchos lugares del mundo convirtiendo el agua en un factor limitante del bienestar, el progreso económico o el desarrollo sostenible. Se estima que hoy se consume el 54% del agua disponible. Según la UNESCO, en los próximos veinte años, la cantidad de agua disminuirá en un 30% a consecuencia del cambio climático, y a mediados del siglo XXI las reservas hídricas del planeta alcanzarán el límite.
“ El 2025, más de 1.800 millones de personas
viviran en áreas con un estrés hídrico significativo
— UNESCO