Suelos que ya no producen

Dos homes es renten a les minses aigües d'un rierol (Etiòpia)

Dos hombres se lavan en las escasas aguas de un arroyo (Etiopía)


Aunque los países desarrollados son los responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, son los países en desarrollo, donde la mayor parte de la agricultura que se practica es de subsistencia, los que sufren los impactos más importantes. Es el caso de los países del cuerno de África Oriental, donde hasta 20 millones de personas de Yibuti, Etiopía, Kenia y Somalia se enfrentan a la escasez de alimentos debido a una sequía excepcionalmente larga y grave que asola el territorio.


Las cosechas son un 70% más escasas que antes. Para sobrevivir en este contexto, los agricultores y sus familias se ven obligados a reducir el consumo diario de alimentos, consumir las reservas de semillas para futuras siembras o malvender el ganado que utilizan como fuerza de tiro. Los expertos auguran que, a corto y medio plazo, a escala global, se incrementarán los efectos adversos del calentamiento global, disminuyendo aún más el rendimiento de los cultivos y empujando a muchas comunidades a la pobreza extrema y a sufrir desplazamientos forzados.

 

 “ Más de 1.300 millones de personas viven 

en zonas afectadas por la desertización

Naciones Unidas


A nivel mundial, el 52% de la tierra utilizada para la agricultura sufre afectaciones por la degradación del suelo. El calentamiento global, las sequías o la falta de nutrientes obligan a los agricultores a abandonar terrenos que han dejado de ser fértiles para labrar otros nuevos, creando un círculo vicioso que degrada el entorno. Debido a la sequía y desertificación, cada año se pierden 12 millones de hectáreas cultivables, es decir, 23 hectáreas cada minuto. El 74% de los pobres del mundo, la mayoría de los cuales dependen de la agricultura para subsistir, son los más afectados por esta degradación.



Camps (Romania)

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