Desde principios del siglo XX, a consecuencia del incremento de la población, del desarrollo industrial y del mayor uso en la agricultura, el consumo mundial de agua se ha multiplicado por seis. Actualmente, se consume el 54% del agua disponible. Según la UNESCO, a corto y medio plazo, el incremento previsto de la población mundial incrementará su demanda, a la vez que, a consecuencia del cambio climático, la cantidad de agua disponible disminuirá en un 30%. Si no se invierte la tendencia, a mediados del siglo XXI, las reservas hídricas del planeta llegarán al límite.
En este contexto de creciente escasez, es necesario implementar de forma urgente medidas que aboguen por la sostenibilidad y la universalidad del acceso al agua, impulsando un cambio del modelo actual de consumo de acuerdo con lo que se llama "la nueva cultura del agua". Un cambio basado en el ahorro, en la optimización de su gestión, en el reparto equitativo o en la valoración de este recurso como un activo ecológico y social. Por ello, la ONU ha incluido la gestión responsable del agua entre los 17 objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
“ El agua es la substancia más investigada,
pero continua ssiendo la menos entendida
— John Emsley, químico