Como cada día, Nia y Kaya vuelven del pozo con las garrafas llenas, equilibrando la pesada carga sobre la cabeza. Los Dassanech son una etnia integrada por aproximadamente 50.000 miembros que habitan mayoritariamente la zona fronteriza entre Etiopía, Kenia y Sudán del Sur, en los territorios adyacentes al lago Turkana. Son un pueblo tradicionalmente ganadero, pero durante los últimos cincuenta años han sufrido una gran disminución del número de reses, principalmente a consecuencia de haber sido expulsados de sus tierras.
Nia y Kaya, como millones de personas en todo el planeta, se enfrentan a diario a enormes dificultades para acceder a los servicios más elementales de agua. En el 80% de los hogares del mundo que no disponen de agua corriente, las mujeres y las niñas son las encargadas de recolectar el agua en los pozos y en los ríos, debiendo recorrer a menudo largas distancias hasta la fuente de suministro más cercana. A pesar de la dureza del día a día, las dos niñas ríen y se cuentan chismes. En la comunidad, la alegría está en las tareas cotidianas que sustentan la vida.
“ No se aprecia el valor del agua
hasta que se seca el pozo
— Proverbio indio