Con casi 21.000 hectáreas de cultivo, los arrozales del delta del Ebro ocupan el 65% de la superficie del delta y son los más importantes de Catalunya. El terreno está dividido en parcelas rectangulares, separadas por pequeños diques de tierra que mantienen el agua en su sitio, creando un espejo brillante y sereno que refleja el cielo y se entrelaza con las nubes, extendiéndose hasta donde llega la vista. Del agua emergen los tallos de arroz que se acunan con la brisa que se desliza sobre la superficie. Para el cultivo de arroz es imprescindible que los campos estén inundados de forma permanente durante todo el proceso productivo. El agua que se utiliza proviene del río Ebro mediante una red de irrigación jerarquizada y bastante compleja, siendo objeto de disputa debido a los trasvases hacia otros territorios que se realizan río arriba.
Hasta 2.600 millones de personas en todo el mundo dependen directamente de la agricultura. Más del 80% de la dieta humana está compuesta por plantas; sólo tres cultivos de cereales - arroz, maíz y trigo - proporcionan el 60% de la ingesta energética. Los sistemas de producción agrícola se han adaptado a los distintos regímenes hídricos de cada región. En las zonas más áridas son comunes los cultivos de secano, mientras que en zonas de abundantes precipitaciones suelen realizarse cultivos de regadío, que son hasta tres veces más productivos. En muchos lugares del mundo, el agua que necesitan los cultivos provoca una disminución de caudales naturales de los ríos.
“ La agricultura representa el 70% del consumo mundial de agua
— Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura